Puede que estés tirando dinero sin saberlo.

El porcentaje de personas que ahorran algo al mes se ha incrementado hasta llegar al 72,6%Los años de crisis han mermado la capacidad de ahorro de los españoles. Pese a las optimistas previsiones de crecimiento del PIB, casi un 45% no logra ahorrar más de 200 euros al mes, según un estudio del portal de comparación de precios Rastreator. Y, aunque el porcentaje de quienes ahorran algo al mes se ha incrementado hasta el 72,6%, el 22,5% apenas ahorra 100 euros.
La falta de confianza de los hogares en la economía, es la causa fundamental de esa falta de previsión. Según el CIS, ésta ha retrocedido más de 15 puntos en el último año, hasta situarse en 91 puntos. El motivo, una peor valoración de la situación actual unida al descenso de las expectativas, que en el último año han descendido 13,4 puntos y 16,8 puntos respectivamente.
Pero ahorrar no es tan complicado ni supone tanto sacrificio como parece. El ahorro, para empezar, puede practicarse desde los gestos más simples que hacemos a diario. Te damos las pautas para que empieces a ahorrar de dos maneras distintas, pero que no son en absoluto excluyentes: 
1. Para empezar a ahorrar en el día a día
En la factura de la luz: la primera clave y más importante es consumir menos energía eléctrica. Parece demasiado obvio, pero ¿cómo se consigue?
-Comprando electrodomésticos de la máxima clasificación de eficiencia energética, utilizándolos de acuerdo con las instrucciones del fabricante y con cargas completas.
-A la hora de distribuir los espacios de la casa, elegir las habitaciones con más luz natural para ubicar las estancias que más se usan (como la cocina, el salón o el comedor), y dejar las habitaciones interiores o con menos horas de luz solar para los dormitorios o el baño, además de utilizar bombillas de bajo consumo.
-Conociendo el gasto que hacemos para saber los puntos débiles de nuestro consumo.
-Buscando la mejor oferta del mercado en tarifas y servicios de luz de acuerdo con cada situación, y contando con un seguro de hogar, que incluya en su póliza coberturas para costear los desperfectos de los accidentes causados por problemas en el suministro de luz.
Al repostar: además de comprar un coche con un consumo de carburante lo más eficiente posible, podemos poner en práctica algunas claves para ahorrar cuando repostamos.
-Llenando el depósito lentamente, evitando la formación de burbujas, sin apretar la palanca del surtidor al máximo, sino manteniéndola con suavidad en un punto medio.
-Aprovechando las promociones y ofertas que las gasolineras suelen hacer, como el pago bonificado con una tarjeta de crédito de una entidad financiera colaboradora. También las tarjetas de puntos o las promociones por repostar una cantidad de litros o un día de la semana determinado.
-Utilizando el carburante más adecuado y con garantía de rendimiento óptimo.
-Siendo previsor y no apurando el depósito al máximo para no tener que repostar en el primer surtidor que se encuentre.
<span style="font-size:13px;">(Getty Images)</span>En la cesta de la compra
-Yendo siempre al súper o al mercado con una lista de la compra para evitar las compras por impulso.
-Yendo a comprar pocas veces, pero suficientes. No bajar al súper a la primera de cambio.
-Revisando la despensa y apuntando lo que se tiene y lo que falta.
-Comparando precios de distintas marcas y establecimientos, y teniendo en cuenta las marcas blancas.
-Aprovechando las ofertas y promociones, pero leyendo la letra pequeña: tres por dos, la segunda unidad al 50 por ciento… Las hay a diario.
Si tienes un coche eléctrico: Este tipo de vehículos no emiten gases contaminantes, son más respetuosos con el medio ambiente y hacen menos ruido. Aunque el desembolso inicial puede ser mayor que con los vehículos convencionales, el coste posterior suele ser, en comparación, mucho menor.
-El combustible es más económico, 1,20 euros por cada 100 kilómetros, (7 u 8 euros en un vehículo a motor, aproximadamente).
-Las revisiones son casi inexistentes. En cambio, en los vehículos a motor, se aconseja acudir a revisión periódicamente, lo cual puede implicar gastos como el cambio de aceite, cambio del filtro de aire y aceite, sustitución del líquido de frenos, cambio del embrague, etc.
En las comisiones bancarias: Evitando el pago de estas comisiones, para lo cual es básico estar informado, preguntar y leer la letra pequeña de los contratos bancarios que se suscriban. Además, hay que saber que la banca electrónica, en general, maneja siempre comisiones más bajas que la banca presencial u ordinaria, aunque hay que consultar porque hay excepciones.
Si vives en pareja: Se trata de elegir la fórmula que se adapte mejor a las necesidades de los dos miembros. Para eso hay que tener en cuenta:
-La situación económica actual de cada miembro de la pareja, incluyendo ingresos, pero también ahorros, planes de pensiones, préstamos, rentas...
-Los gastos comunes. Es necesario contar con una estimación real de los gastos que la pareja tendrá que afrontar, y que sean imputables a ambas partes: alquiler, gastos fijos de mantenimiento del hogar común, hipoteca...
Cuando la pareja tiene clara cuál es su situación, el siguiente paso será elegir una estrategia para afrontar las finanzas de manera óptima. Hay tres estrategias básicas:
- Organización individual. Cuando no existen gastos ni ingresos en común, o la pareja no quiere o puede asumir un compromiso económico conjunto. Lo mejor, es apostar por una gestión de finanzas individualizada donde cada parte mantiene sus obligaciones económicas y se encarga de sus ingresos y gastos.
- Gestión común total. Recomendable para parejas con muchos aspectos económicos comunes y/o con un grado de implicación personal alto.
- Planificación mixta: cada miembro de la pareja mantiene cierto grado de independencia económica: su propia cuenta, sus inversiones.... Pero se acuerdan puntos comunes de inversión y gasto, y siempre que sea posible, se inicia un plan de ahorro común basado en productos como los seguros de ahorro. 
2. Para tener una estabilidad financiera cuando te jubiles
Infórmate de que existen sistemas específicos de ahorro para complementar lo que percibirás de la Seguridad Social cuando te jubiles. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de cada 100 euros que quedan en los hogares españoles después de haber arreglado las cuentas con el fisco, solo 6,5 se destinan al ahorro, ya sea para depósitos, fondos de pensión u otros.
Por grupos de edad, los que mejor gestionan sus finanzas son los mayores de 55 años, que ahorran un 8,8% de lo que ingresan, y los menores de 25 años, con un 8,6%. Los que peor lo hacen son los ciudadanos de entre 34 y 44 años.
Aunque solo dispongamos de pequeñas cantidades, pongamos 100€ al mes, podemos ahorrar. Si ahora tenemos 50 años y ahorramos 100€ al mes durante 15 años, alcanzaremos una rentabilidad acumulada del 26% (habremos ahorrado más de 22.000€). Si comenzamos 10 años después, a los 60, esa rentabilidad caerá hasta el 8%. Se estima que la edad idónea para empezar a ahorrar es de 34,4 años, aunque la mayoría empieza a hacerlo de ocho a diez años después. La cantidad de ahorro ideal, según los expertos, sería de un 10% de la renta disponible.
Cómo ahorrar
A la hora de decidir en qué producto ahorrar es bueno tener un asesoramiento personalizado independiente y el cual le dirá , que clase de perfil somos, de si somos conservadores, moderados o agresivos; de la fiscalidad del momento; de nuestras necesidades de liquidez o de la situación de los mercados. Desde Eurolloyd Ahorro y Protección, Jose Vicente te explica todo sobre los Planes de Pensiones y los PPA, los Seguros Individuales de Ahorro a Largo Plazo (SIALP) y los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS). Y en función de nuestros intereses en liquidez y riesgo, hay distintos productos:
-Depósitos a plazo: idóneos para los ahorradores conservadores. Consisten en la entrega de una cantidad determinada de dinero para rescatarla al cabo de un tiempo. A cambio se recibe un interés, que variará dependiendo de la entidad, del plazo establecido y de la cantidad depositada, y que puede cobrarse por tramos o al vencimiento. Para comparar productos, lo mejor es fijarse en el TAE (Tasa Anual Equivalente), que es el interés que aporta el depósito al año una vez descontadas comisiones o gastos que pueda aplicar el banco.
-Los seguros de ahorro también son una alternativa segura para clientes conservadores con algo más de capacidad de ahorro. Estos productos entregan el interés generado por los ahorros al vencimiento y además tienen algunas coberturas, como en caso de fallecimiento. A cambio de recibir el interés al finalizar el plazo, este puede ser más alto que el de los depósitos.
-Existen otro tipo de productos, a los que se les puede sacar más partido, a cambio de exponerse a un mayor riesgo. Son, por ejemplo, los fondos de inversión, muy variados y con una rentabilidad que depende del destino de las inversiones, que se pueden hacer en mercados de valores, Renta Fija pública o privada o divisas. Estos productos no son recomendables para todos los perfiles de ahorradores, y es aconsejable tener conocimientos básicos sobre el dinero y los mercados en los que se invierte, explica Jose Vicente.

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